Tragedia por un Sándwich de Pollo: Joven Sufre Derrame Cerebral por Intoxicación
Un hombre sano de 30 años quedó en coma y al borde de la muerte cerebral tras intoxicarse con un simple sándwich de pollo comprado en un supermercado. Su caso expone los peligros ocultos en alimentos contaminados y cómo una bacteria común puede desencadenar una tragedia. Compró un sándwich de pollo y terminó en coma
La Pesadilla de Blake: De un Sándwich a un Coma
Blake Pennell, un artista 3D de Norfolk (Reino Unido), nunca imaginó que su vida cambiaría para siempre en junio de 2024. Tras comer un sándwich de pollo, comenzó a sentirse mal, con síntomas que parecían una intoxicación común. Pero una semana después, colapsó en el baño mientras vomitaba.
Lo más alarmante: ninguno de los síntomas típicos de un derrame cerebral estaba presente. Su pareja, Lauren Hale, relató que Blake hablaba con normalidad y movía sus brazos sin problemas. Sin embargo, horas después, empezó a arrastrar las palabras.
El Diagnóstico que Cambió Todo
En el Hospital Royal Stoke, los médicos descubrieron que Blake sufría un ictus de la arteria basilar, una condición rara y mortal causada por la obstrucción de una arteria clave del cerebro. Le realizaron una trombectomía para extraer el coágulo, pero su calvario no terminó ahí.
Al día siguiente, los médicos detectaron una hernia amigdalina cerebral, una complicación grave que lo llevó a una cirugía de emergencia. “La mayoría no sobrevive a esto”, confesó Lauren. Blake pasó 4 semanas y media en coma, conectado a un respirador.
¿La Causa? Una Bacteria Letal en un Sándwich
Los análisis revelaron que Blake tenía Escherichia coli (E. coli) en su organismo. Esta bacteria, común en alimentos mal manipulados, puede provocar coágulos sanguíneos y, en casos extremos, derrames cerebrales.
Lauren está convencida de que el sándwich de pollo fue el culpable, ya que en ese mismo periodo, el Reino Unido registró un brote de E. coli que enfermó a más de 270 personas.
Una Larga Recuperación y un Futuro Incierto
Ocho meses después, Blake sigue en rehabilitación, luchando por recuperar su movilidad y calidad de vida. Mientras tanto, Lauren viaja 320 km diarios para visitarlo y creó una campaña en GoFundMe para cubrir los gastos médicos.
Este caso es un fuerte recordatorio de los riesgos de intoxicación alimentaria y la importancia de exigir controles sanitarios rigurosos en los alimentos que consumimos.
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