Los amarraron y les dispararon: El violento atraco a tenderos en Bucaramanga
El silencio en la calle 14 de Bucaramanga se rompió con gritos de auxilio. El lechero, un cliente habitual de la tienda ‘Mi Granjita’, notó algo extraño: el portón marrón estaba entreabierto, algo inusual en el negocio de los Castro. Lo que encontró al entrar lo marcó para siempre: los dueños, un anciano de 85 años y su hijo de 56, yacían amarrados, amordazados y con heridas de bala. Los amarraron y les dispararon en su misma tienda
La escena del crimen: Un hallazgo aterrador
Testigos relataron que el lechero, al no recibir respuesta, avanzó hasta la parte trasera del local. Allí, encontró a Carlos Julio Castro Niño y a su hijo inmovilizados con cuerdas y cinta. El joven presentaba múltiples impactos de bala en el pecho y piernas, mientras que el octogenario tenía un golpe en la cabeza, presumiblemente con la culata de un arma.
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Vecinos acudieron al llamado, liberaron a las víctimas y las llevaron al Hospital Universitario de Santander (HUS). Mientras el adulto mayor se reporta estable, el estado de salud de su hijo permanece reservado.
¿Qué pasó realmente? Las hipótesis
Aunque las autoridades no han emitido un comunicado oficial, las primeras indagaciones apuntan a un asalto violento. Vecinos mencionaron haber visto a dos hombres en moto merodeando horas antes:
- Uno alto y moreno
- Otro de baja estatura
Las cámaras de seguridad de la zona podrían ser clave para identificarlos. Sin embargo, aún se desconoce si se llevaron dinero u otros objetos.
La reacción de la comunidad
El caso ha generado indignación en San Francisco, un sector tradicionalmente tranquilo. “Nunca pensamos que algo así pasaría aquí”, dijo un residente. Otros exigen mayor presencia policial.
¿Qué sigue?
La Policía Metropolitana de Bucaramanga (MEBU) revisa los videos de vigilancia y sigue pistas. Mientras, la familia Castro enfrenta no solo las secuelas físicas, sino el trauma psicológico.
¿Fue un crimen oportunista o planeado? Las investigaciones lo dirán. Por ahora, Bucaramanga clama justicia.
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