Los oscuros secretos de la ‘Diabla’: la red de engaños, explotación y muerte que sacudió a Medellín
La muerte de Zaida Andrea Sánchez Polanco, alias la Diabla, en Medellín, no solo marcó el final de una vida, sino que también destapó una trama de negocios ilegales, manipulación y explotación. Esta mujer, cuyo nombre ya es trending topic en redes sociales, no era una figura cualquiera: era el cerebro detrás de una red que manejaba dinero, bienes y, lo más escalofriante, personas. Los oscuros secretos de la ‘Diabla’
La masacre que lo cambió todo
Todo comenzó a desmoronarse tras la masacre de la familia Lora Rincón en Aguachica, un hecho que conmocionó al país. Varios miembros de la familia perdieron la vida en un episodio que, según las investigaciones, está estrechamente ligado a las actividades de la Diabla. Pero eso no fue todo. Dos días antes, Alexánder González Pérez, alias el Calvo, quien era su pareja, fue asesinado. ¿Coincidencia? Para nada.
La Diabla no solo estaba en el ojo del huracán por estos crímenes, sino que también era señalada como la líder de una red de explotación sexual, préstamos informales y compra de bienes raíces. Un cóctel explosivo que la convirtió en una de las figuras más temidas y enigmáticas de la región.
Explotación sexual: el negocio más oscuro
Según investigaciones del periodista Jacobo Solano Cerchiaro, la Diabla no solo era una proxeneta, sino que operaba una red de explotación sexual que se extendía por todo el país. Junto a su cómplice y confidente, Breiner, reclutaba a jóvenes de Aguachica y zonas aledañas, prometiéndoles un futuro mejor. Pero la realidad era mucho más siniestra: estas mujeres eran llevadas a diferentes partes de Colombia para ser explotadas.
“Hacían viajes constantes con las jóvenes, moviéndolas como piezas de un tablero de ajedrez”, relató una fuente cercana al caso. La Diabla manejaba este negocio con una frialdad que helaba la sangre, demostrando que no había límites para su ambición.
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Préstamos y cobros: el otro lado de la moneda
Pero la explotación sexual no era su único negocio. La Diabla también operaba una oficina de cobros y ofrecía préstamos informales, convirtiéndose en una figura clave en la economía subterránea de la región. Con un entramado de contactos y aliados, manejaba deudas y movía grandes sumas de dinero, consolidando su poder en el mundo del crimen organizado.
Un mensaje que lo dice todo
En un giro macabro, la Diabla dejó un mensaje en redes sociales que revelaba su falta de remordimiento. Tras la muerte de el Calvo, escribió: “Alex te va a jalar las patas”. Una frase que, según los expertos, refleja la crueldad y el desprecio por la vida que caracterizaba a su entorno.
El final de un reinado de terror
El asesinato de la Diabla el 23 de enero en Medellín puso fin a su reinado, pero dejó más preguntas que respuestas. ¿Quién estaba detrás de su muerte? ¿Qué pasará con su red criminal? Lo que sí es seguro es que su legado de violencia, explotación y manipulación ha dejado una huella imborrable en la historia de Colombia.
Mientras las autoridades continúan investigando, una cosa es clara: el mundo del crimen perdió a una de sus figuras más temibles, pero su historia seguirá siendo un recordatorio de los oscuros secretos que pueden esconderse tras una sonrisa.
¿Qué otros secretos saldrán a la luz? La Diabla puede haber muerto, pero su historia está lejos de terminar. ¡Comparte este artículo y déjanos tu opinión en los comentarios!
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