Padre ataca a machetazos a sus hijas en Manatí: comunidad evita una tragedia
El domingo 8 de junio de 2025, los gritos desesperados de dos adolescentes resonaron en el barrio Villa Felicidad de Manatí, Atlántico. Lo que parecía una tarde tranquila se convirtió en una escena de horror cuando su propio padre, Dairo Murillo Padilla, las atacó con un machete. La rápida reacción de los vecinos evitó una tragedia mayor, pero el caso ha dejado al descubierto las graves problemáticas de violencia y abandono que afectan a esta comunidad. Padre ataca con machete a sus propias hijas de 14 y 15 años
El ataque que estremeció a Manatí
Según reportes de El Heraldo, el hecho ocurrió alrededor de las 6:00 p. m. en la carrera 1a #11-19, en un sector conocido como “El Bronx” por sus altos índices de inseguridad. Los vecinos, alertados por los gritos de auxilio, llegaron a la vivienda y encontraron a las menores con heridas visibles.
Las víctimas, de 14 y 15 años, fueron trasladadas de urgencia al Hospital de Manatí y luego al Hospital de Sabanalarga, donde recibieron atención especializada. Afortunadamente, pese a la gravedad de las lesiones, ambas se encuentran estables y fuera de peligro.
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El agresor, capturado en flagrancia
La Policía del Atlántico detuvo a Dairo Murillo Padilla, de 40 años y de nacionalidad venezolana, quien habría actuado bajo los efectos del alcohol. Las autoridades investigan si existían denuncias previas por violencia intrafamiliar y no descartan cargos adicionales por la gravedad del caso.
“La oportuna denuncia de los vecinos evitó que este sujeto acabara con la vida de sus hijas”, señaló un vocero policial, destacando el papel crucial de la comunidad en la prevención de tragedias.
Un problema que va más allá: migración, pobreza y violencia
Testimonios de residentes revelan que la familia, de origen venezolano, enfrentaba condiciones de vulnerabilidad extrema. “Hay muchas familias viviendo en situaciones difíciles, y los niños crecen en medio de violencia”, afirmó un vecino a Ver Noticias.
Este caso reavivó el debate sobre la necesidad de mayor presencia institucional y programas de protección infantil en zonas marginadas del sur del Atlántico, donde la migración y la falta de recursos agravan los conflictos familiares.
La importancia de denunciar
Las autoridades reiteraron el llamado a reportar cualquier indicio de violencia intrafamiliar, especialmente en áreas apartadas. “Las víctimas no deben guardar silencio. La indiferencia puede costar vidas”, advirtió la Policía.
Este brutal ataque no solo dejó heridas físicas, sino que expuso las cicatrices sociales de una comunidad olvidada. La solidaridad de los vecinos salvó dos vidas, pero la pregunta sigue en el aire: ¿Cuántos casos más pasan desapercibidos?
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